Mi paso por universidades españolas y británicas y las diferencias entre ellas

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Bangor-UniversityComencemos con una breve presentación para situar al lector. Mi nombre es Josh (Orio, 1991) y soy zoólogo marino especializado en grandes vertebrados por la Bangor University (Gales, Reino Unido). El cómo, cuándo, por qué… acabé estudiando en el Reino Unido son cuestiones que abordaremos más adelante en lo que será mi opinión personal (y solo mía) de lo que han sido 8 años en la universidad española (Grado en Biología), británica (Grado en Zoología Marina de Vertebrados) y de nuevo española (Máster Internacional en Conservación Marina).

Mis primeros pasos como alumno en la enseñanza universitaria tuvieron su inicio un verano de 2010 con un joven e inexperto (y un tanto ignorante) estudiante, amante del mar y de la vida salvaje en general, deseoso de empezar su andadura en el mundo universitario, estudiando, a falta de más opciones (recuerda esta frase), el Grado en Biología. Para después de 5 años y al final de su etapa universitaria, darse cuenta que había perdido todo interés por la ciencia, por el estudio de la vida silvestre y se planteaba muy seriamente si seguir el recorrido académico para estudiar los “bichos” del mar que tanto le gustaban.

Todo cambió, cuando un invierno de 2015, navegando a la desesperada por internet en busca de opciones que reavivasen mi interés por el estudio de la vida silvestre, me topé con Kathryn y Edukonexion, y os puedo ir adelantando que hubo c(k)onexión. Pues, 5 años después de aquellas primeras llamadas y aquellos primeros emails, además de las titulaciones obtenidas, he podido trabajar en la Universidad de Copenhague y no solo eso, sino que también, doy charlas en colegios sobre el medio marino, he creado el proyecto Marine Life Project y me dedico, de forma altruista, a divulgar todo lo que he aprendido y más, a toda aquella persona que quiera escuchar.

Pero… demos respuesta al cómo, cuándo, por qué… Y para ello dividiré mi opinión en diferentes apartados que faciliten la lectura y localización de las disyuntivas que podáis tener.

Opciones, opciones y más opciones

marineCuando quieres obtener un título universitario relacionado con, digamos, el medio ambiente, España ofrece un abanico “amplio” (o eso pensaba yo). Las opciones pasan por los grados en Biología, Ciencias Ambientales, Ciencias del Mar, Ingeniería Forestal e Ingeniería Agroambiental, y me disculpo por adelantado si me he olvidado de algún grado más. Pero, ¿y si existiese una opción en la cual tú puedas decidir qué combinación de asignaturas es la que te convence más y eso se tradujese en un grado?

Y si, no solo eso, sino que además pudieses especializar tanto tu nicho de estudio que acabases con un grado tan específico como tú quieras.Pues esa es la opción con la que me topé yo, en mi caso, en Bangor. Tanto las asignaturas troncales que te vayan convenciendo más, como, sobre todo, las específicas que veas que te llaman más la atención, se van a traducir en un grado hecho prácticamente a medida del candidato. Ya solo para ciencias marinas, yo me encontré con más de 15 opciones de grado distintas. Esta oferta en un principio me resultó abrumadora, haciendo la elección un tanto complicada. Pero todo esto cambió cuando me enteré que, a mitad del curso, y si veía que lo que estaba dando en las clases no me convencía, tenía la opción de cambiar de tercio y elegir otras asignaturas más acordes a mis inquietudes de ese momento. Por eso decía al principio mi equivocación al pensar que el abanico de posibilidades que ofrecían las universidades en España era “amplio”. Sobra mencionar que el poder de elección de las asignaturas y el poder de decisión sobre el camino que coja tu carrera académica es extrapolable al resto de carreras (empresariales, periodismo, ciencias de la actividad física y del deporte o educación, entre otras).

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Burocracia y acceso a la universidad británica vs española

La temida nota de corte.

Puede que, en España, en la carrera de Biología no exijan “mucha” nota de corte, pero el miedo a ser rechazado sigue estando ahí. Al fin y al cabo, te están valorando por tus esfuerzos académicos del pasado y no por el qué te ha llevado a tomar la decisión de optar por esa carrera. En contraste con esto, cuando estaba con el papeleo para pre-matricularme en las universidades británicas, me encontré con el apartado Personal Statement o declaración personal. En este apartado me estaban pidiendo que escribiese un pequeño texto, describiéndome y explicando a la universidad por qué debían cogerme a mí para estudiar una de sus carreras. Era la primera vez que me encontraba con una universidad (o, mejor dicho, un sistema educativo) que valorase más el aspecto personal de un candidato, por delante de su expediente académico. Y es que, es posible que esta sea la razón por la que me admitieron a mí, pues mi expediente de bachillerato no era brillante, y os puedo asegurar que mi expediente universitario tampoco. Pero como veremos más adelante, eso cambió drásticamente dos años más tarde.

Respecto al resto del “papeleo”, es más o menos similar a lo que puede ser el acceso a una universidad en España. Eso sí, no te olvides del IELTS (Iternational English Language Testing System) o lo que viene a ser, el título que te permite demostrar que tienes el nivel de inglés mínimo para cursar los estudios en el Reino Unido.

P.S. Toda esta burocracia no la habría podido llevar tan al día y tan cómodamente, si no hubiese sido gracias a Kathryn y Edukonexion.

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Universidad británica vs española ¿Las dos caras de una misma moneda o dos monedas completamente distintas?

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Antes de desgranar mis impresiones, quiero enfatizar que en este apartado os hablaré de mi experiencia respecto a la enseñanza en los dos sistemas educativos, pero desde el punto de vista de la metodología y no de la materia, y para ello subdividiré este apartado en otros más enfocados en un asunto en especial. Quiero también destacar que el contenido de las distintas asignaturas dadas en ambos países me pareció de muy buena calidad.

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Organigrama de dos métodos de enseñanza distintos

Mi calendario de clases en España se basaba en clases teóricas, clases prácticas, seminarios y tutorías, todo esto enmarcado en un rango horario que en mi caso iba de 9:00 a 14:00 y de 15:00 a 18:00. En ocasiones más en ocasiones menos. Sobra decir que todo ello de estricta obligatoriedad (y aunque no lo fuera, ir a las clases es de vital importancia). A estas horas lectivas, hay que sumar las horas que empleas fuera del calendario académico en estudiar, hacer los trabajos que te mandan, además de compaginar todo esto con tu vida personal e intereses extraescolares. Pero puede una educación incorporar toda la materia, prácticas de calidad, seminarios y tutorías, y aún y todo dar al alumno tiempo de sobra para sus actividades e intereses personales. ¿Es posible? La respuesta es un sí rotundo, y la clave se encuentra en la metodología de enseñanza que utilices.

teacherLa materia impartida durante mi carrera universitaria en España fue muy buena. Los profesores en la mayoría de casos, sabían de lo que hablaban, pero faltaba dinamismo, actualización… En definitiva, frescura. Faltaba gente joven con ganas de enseñar. La mayoría de mis profesores llevaban impartiendo las mismas asignaturas más de 40 años y la falta, llamémoslo, de interés, se notaba.  Este fue uno de los cambios más radicales con los que me encontré en Bangor.

Y no solo porque mi tutora tuviese por aquel entonces 32 años, o porque la media de edad entre los profesores no superase los 45, sino porque incluso los profesores más veteranos estaban actualizados. Me explico; las clases eran dinámicas, con gran participación del alumnado y con mucho contenido multimedia (fotos, audios o maquetas). Además de esto, los horarios eran muy reducidos, de no más de 5 horas diarias, a no ser que tuviésemos prácticas o salidas al campo. Con estos horarios de menos clases lo que se busca es dar tiempo al alumno a investigar sobre lo que se ha impartido en clase. Esta metodología hace que el alumno se interese por la materia, quiera saber más y aprenda a contrastar información. Estas habilidades son de vital importancia en ciencia.

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Claves en la enseñanza que se traducen en mejores resultados académicos

En esta sección os voy a contar cuales fueron, para mí, las claves que favorecieron que pasase de un aprobado en España a obtener una mención especial del profesorado por mi trabajo de fin de carrera en el Reino Unido.

    1. El antes mencionado dinamismo. El hecho de que las clases fueran entretenidas, participativas y, porque no, divertidas, hacía que incluso la asignatura que menos te interesaba, por lo menos, no la aborrecieras. Pero, si al dinamismo le sumas que cada clase dura 50 minutos y que no tienes más de 4-5 clases al día, esto, reduce el agotamiento mental y físico y favorece la atención.
    1. Estudiar por ti mismo. Explicaré esto de una forma un tanto filosófica. Digamos que las clases son las semillas. Los profesores te enseñan las semillas, las describen y te dicen como plantarlas. Pero eres tú el que, en tu tiempo libre, tienes que plantarla, regarla, cerciorarte de que recibe luz etc. Pues así funcionan las clases. Ellos te dan una visión general de la asignatura, pero eres tú el que en tu casa, tienes que indagar más en el asunto. Y esta clave va unida a la siguiente.
    1. Los exámenes. Los exámenes por lo general son de dos tipos: tipo test o desarrollo. Pero tranquil@, que, si durante el curso has hecho lo que tenías que hacer, es probable que para el día del examen ya tengas la asignatura aprobada. Los exámenes son “sencillos” y lo que buscan (en las de desarrollo, sobre todo) es lo que he comentado en la clave anterior. Buscan que desarrolles los temas con información que no se haya dado en clase. Demostrando así tu interés en la materia.
    1. Más prácticas. Y no solo hay más, sino que, por lo menos en mi especialidad, de más calidad. Voy a poner un ejemplo muy ilustrativo. Mi práctica de observación e identificación de aves en la universidad en la que estuve en España, consistió en meter a 10 alumnos en un cuarto, poner maquetas y fotografías de aves colgadas del techo, darnos unos prismáticos, una guía de campo y una libreta, y darnos 15 minutos para intentar identificar todo eso sin dejar caer nada al suelo. El colmo de esto es que teníamos una de las mejores zonas de observación de aves de toda Castilla y León a 15 minutos andando de la facultad. Mientras que las prácticas de identificación de aves en Bangor se dividían en 3 prácticas (todas ellas observando aves de verdad y en su medio). La primera era observando las aves desde un mirador, la segunda desde unos acantilados y la tercera desde una embarcación, porque sí, la facultad tiene una embarcación (el Prince Madog). Todo ello sin límite de tiempo, con distintos objetivos (observar comportamiento, nidos…) y enfatizando en el trabajo en grupo para ayudarnos los unos a los otros.
    1. Feedback. La accesibilidad de los profesores, la ayuda en caso de que un trabajo o examen fuese mal y el seguimiento de cada alumno en el transcurso de su ciclo académico, es lo que más seguro me hacía sentir como estudiante extranjero. El hecho de saber que, si algo te salía mal, habría alguien que te lo explicase de tal forma que lo entendieses y que además te animase a seguir mejorando como, en mi caso, científico, resultaba muy alentador. Y no solo el feedback de los profesores, pues, se valora mucho el trabajo en equipo, y la participación de todos los componentes del grupo en los trabajos grupales. Estos al finalizar vienen acompañados de un informe en el cual pones cual crees que fue tu papel en el grupo y en qué crees que podrías haber mejorado. Esta autocrítica, acompañada del feedback, te fortalece como estudiante, pues te ayuda a identificar esos pequeños fallos que puedas tener y así, poder pulirlos, y además, saca a relucir tus virtudes para poder potenciarlas.

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Serendipity. ¿Qué es? y ¿por qué no se ha implementado ya en España?

Una de las cosas que más me sorprendió al llegar a Bangor fue el Serendipity o, como ellos lo describen, el accidente de toparte con algo que te puede ser de utilidad o bueno, sin quererlo ni buscarlo. Y es que, al comienzo de cada curso (cuando eres un o una freshmen o novato), la universidad (la de Bangor por lo menos) organiza un día en el cual las distintas sociedades y clubs montan su pequeño puesto e intentan reclutar gente. Pero te preguntarás, ¿qué son esas esas sociedades y clubs?.

best-university-societies

Pues muy sencillo, son grupos de alumnos con intereses similares que se reúnen semanalmente para hacer, practicar o difundir lo que les gusta. Bangor tiene más de 100 sociedades y más de 50 clubs deportivos. Las sociedades van desde las relacionadas con las carreras, como en mi caso, zoología u observación de mamíferos marinos, hasta las sociedades de cantar acapella, amantes de Disney, fotografía, airsoft, ukelele, idiomas, recreación medieval, escritura o yoga entre otros muchos. Y con los clubs ocurre lo mismo, van desde fútbol o rugby, hasta, fútbol gaélico, distintas artes marciales, quidditch o submarinismo.

Todas estas sociedades y clubs son gratuitas (salvo en aquellas que exija un desplazamiento o alquiler de material) y es una forma fantástica de conocer gente y así relacionarte, y de mejorar tus habilidades comunicativas. Es un concepto que por aquí no tenemos o desde luego es muy poco común y que ayuda a no sentirse solo y conocer gente con tus mismas inquietudes.

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Vida social

Mi opinión en este aspecto está un poco sesgada por varios motivos. El primero, es que yo viví mi vida universitaria (salir de fiesta y esas cosas que hacen los jóvenes) en España. Para cuando llegué al Reino Unido, mi mentalidad era muy diferente. Me centré mucho más en lo académico y dejé de lado el salir de fiesta o el salir a tomar algo, exceptuando los días que íbamos los amigos de la sociedad a algún bar. El segundo motivo, es que la ciudad española en la que viví, tiene unos 500.000 habitantes y no solo eso, sino que es una de las ciudades universitarias por excelencia a nivel nacional, y Bangor, por el contrario, es un pueblito del norte de Gales con menos de 15.000 habitantes. Por lo tanto, las comparaciones en este caso son odiosas. En Bangor se dejaba todo de puertas para adentro. La mayoría de actos festivos se limitaban a las residencias y pisos de estudiantes, mientras que en España es todo mucho más de puertas para afuera. Está, es probablemente, una de las pocas cosas que eché de menos durante mi estancia en Bangor. Sentir ese calor humano que se respira en las calles de España y que, por lo menos en el norte de Gales, tanto falta. (Comentario de Kathy – Bangor es un pueblo comparado con ciudades grandes como las de Manchester, Leeds, Birmingham, Nottingham etc.  La vida social puede cambiar mucho según la ubicación de la universidad)

Como acabo de mencionar, las comparaciones son odiosas, y es que ambas universidades me han dado mucho. Alguna más desde un punto de vista social y otra más desde un punto de vista académico. No obstante, el haber pasado por los dos sistemas educativos y los años de experiencias académicas, me han demostrado (y repito que esta es mi opinión y solo mía) que el hecho de que hayas sido capaz de sacarte un título académico en un país con un idioma que no es el tuyo, dice mucho de ti como persona. Denota valentía e iniciativa, factores que en tu futuro profesional se van a valorar mucho. Y esto es porque no todo el mundo se atreve a dar el paso (y ojalá yo me hubiese enterado antes), pero una vez que das el primer paso, el resto vienen sin darte cuenta, y hacen que este nuevo camino que se abre delante de tus ojos, sea un poco más interesante y gratificante.

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