Hemos ayudado a Rodrigo este año a grados de diseño en Holanda. Ahora está en Groningen estudiando su carrera y ha querido compartir su experiencia, sobre todo en la creación del porfolio que es muy importante para este tipo de carreras.
Estamos seguras que su experiencia puede ayudar a otros estudiantes.
Gracias Rodrigo.
¡Hola! Soy Rodrigo, un chico de 17 años de Madrid que desde pequeño siempre ha querido estudiar en el extranjero.
En este blog os voy a contar cómo ha sido mi experiencia decidiéndome por una carrera concreta y sobre todo el proceso para lograr ser aceptado en la universidad.
Desde que somos pequeños nos preguntan qué queremos ser de mayores. Astronautas, futbolistas, millonarios…decimos. Años más tarde, en la ESO nos vuelven a hacer la misma pregunta. Estrellas de rock, presidentes…respondemos; esta vez más convencidos de que nuestra propuesta es realmente nuestro trabajo idílico. Sin embargo, pasan otro par de años y nuestra certeza se vuelve incertidumbre.
Todo lo anterior es perfectamente válido, pero en la mayoría de casos, o al menos para mí, no representaba mis pasiones y forma de ser. Según crecemos y desarrollamos nuestra propia personalidad, nuestros gustos y nuestras opciones de futuro se multiplican en miles de ramas distintas, y aunque yo tenía más o menos clara mi rama, fue gracias a Kathryn que pude centrar mi idea; el diseño de interiores.
He de admitir que no ha sido nada fácil. Si bien yo sabía que quería encaminarme por el diseño, pensaba que haciendo arquitectura tendría más oportunidades en el mundo laboral. Por ello, creé todo un plan de futuro basado en algo que me interesaba pero no me apasionaba. Cuando contacté con Kathryn, yo le conté lo que tenía en mente; irme a estudiar arquitectura a Milán en una universidad muy prestigiosa. Era según lo decía y a base de responder sus preguntas sobre mis gustos y mis pasatiempos, entre otras, que me dí cuenta de lo equivocado y pérdido que estaba. Kathryn supo orientarme desde el minuto uno. Me abrió la mente a muchas posibilidades de futuro que yo no había tenido en cuenta, cegado por la ruta convencional en la que yo mismo me había posicionado.
Fue una decisión complicada pero acertada. Hay una tendencia a relacionar el diseño de interiores con la simple decoración y selección de texturas, colores y otros elementos para decorar un espacio. Si bien es cierto que esto se trata en diseño de interiores, forma sólo una pequeña parte de todo lo que se estudia, como la relación que tiene el espacio con sus usuarios, la influencia de la luz, la posibilidad estructural de un diseño, etc.
Una vez ya tenía las universidades en específico a las que quería aplicar, empezó uno de los procesos más complejos que he llevado a cabo en mi vida, por no decir el que más. Como cualquier otra carrera artística, el principal requisito es un portfolio.
Y bien, ¿qué es esto? Pues de forma resumida, es un documento en el que muestras tu creatividad, capacidad y originalidad como artista. Si bien las universidades quieren ver capacidades específicas relacionadas con el grado al que quieres acceder, también buscan ver tus puntos fuertes y débiles en las demás ramas artísticas. En otras palabras, podría decirse que un portfolio es la manera que tienen las universidades de conocerte como creador.
Algo que puede parecer simple a primera vista, resultó ser mucho más complejo y laborioso de lo que había pensado. Mis tres primeras opciones de universidad eran las únicas que ofrecían el grado de diseño en Holanda en Inglés. Algo que debéis saber si queréis aplicar a una universidad holandesa de artes, es que es muy difícil. Con esto, no pretendo desanimar a nadie, sino hacer ver que requiere muchísimo trabajo y dedicación.
Hasta el momento de aplicar, yo tenía muchos dibujos hechos en mi tiempo libre pero siendo realistas, no tenían ni el nivel ni la técnica requerida por las universidades. Tras hablar con Kathryn, me di cuenta de que el portfolio, que sólo formaba una pequeña parte de todos los requisitos pedidos por las universidades (de los cuales hablaré más adelante), me llevaría mucho tiempo. Esto no tiene por qué ser así en todos los casos pero, siendo de España, en el que muy poca gente aplica desde un bachillerato de artes o con un fondo artístico del nivel exigido, el portfolio se convierte en una tarea no de recopilar (diseños y obras ya realizadas) sino de crear (en el que se empieza desde cero).
Por ello, os adelanto que el proceso entero me llevó 8 meses. No puedo estar más contento con la decisión de haber contactado a Kathryn, porque sé, sin ningún tipo de duda, que sus consejos me han ayudado a conseguir ofertas de dos de las tres universidades a las que apliqué en Holanda.
Empecé a diseñar mi portfolio en julio de 2022. Más de ocho versiones después, lo terminé en febrero de 2023. Empecé con algunos dibujos y proyectos que ya tenía hechos. A lo largo de mis reuniones con Kathryn, ella me motivaba a seguir dando el máximo de mí pues era consciente de que mi trabajo todavía no cumplía lo exigido por las universidades. He de admitir, que esto me resultaba frustrante al principio puesto que, después de invertir mucho tiempo en cada uno de mis dibujos y diseños, entre otros proyectos, Kathryn me seguía pidiendo que diera más de mí. Gracias a su exigencia, siempre desde el respeto y la motivación, conseguí crear un portfolio que estaba a la altura de las universidades a las que quería entrar. Sólo puedo decir que a pesar de que me llevara mucho tiempo y trabajo, los consejos de Kathryn respecto a mi portfolio han sido de los más respetuosos y afectuosos, sin dejar de ser objetivos.
Quiero recalcar que el portfolio es un trabajo plenamente individual y es por ello que Kathryn no tiene ninguna responsabilidad ni parte en lo que en lo que a la producción de diseños y obras se refiere. La ayuda de Kathryn resulta fundamental, sin embargo, en el desarrollo del potencial de dicho portfolio pues da consejos sobre cómo se podría mejorar el portfolio (tanto en los aspectos específicos de un proyecto como en aspectos más generales como la estética del portfolio).
Otro aspecto que me costó mucho pero con el que me ayudó Kathryn fueron los textos para describir los diferentes proyectos. Tenía muchísimo que decir acerca de cada proyecto pues estaba ilusionado con cada uno de ellos y quería demostrar todo lo que se me había ocurrido hasta llegar al proyecto final. Sin embargo, no podía escribir demasiado pues el portfolio tiene que ser llamativo a la vista y los que lo examinan no van a dedicar mucho tiempo a leer todos los textos. Lo importante son las imágenes en este caso, que si bien tienen que estar apoyadas con un texto, este no es lo más importante.
Kathryn me guió para aprender cómo transmitir el mensaje fundamental con las menores palabras posibles. Además, cuando nos embarcamos en la tarea de crear algo tan personal e importante para nosotros, muchas veces perdemos el sentido de la objetividad acerca de nuestras creaciones y es por ello que siempre viene bien consultar con otras personas el progreso del portfolio, pues aportan diferentes visiones acerca del mismo que son cruciales.
Os voy a enseñar algunas partes de mi portfolio para que veáis de qué se trata. Soy consciente de que no es perfecto pero refleja mi aprendizaje y mi progreso y no tiene porqué serlo.
Como véis en las imágenes, no todos los proyectos están relacionados con el diseño de interiores. El proceso de crear el portfolio ha significado aprender por mi cuenta en muchos ámbitos. Mi proyecto de diseño de muebles implicaba aprender por mi cuenta a usar un programa de diseño 3D y tras mucho fallo y error, logré manejarme lo suficiente como para diseñar algún que otro mueble. Asistí a un curso de verano de interiorismo con la esperanza de facilitar un poco mi trabajo. Desafortunadamente, de este curso no pude sacar ningún proyecto. Por ello, insisto en que se puede crear un portfolio desde cero y aprendiendo por tu cuenta siempre que se tengan muchas ganas y se le dedique mucho tiempo y esfuerzo.
Mi experiencia creando un portfolio ha sido súper bonita. He conseguido explorar aspectos desde la fotografía hasta la impresión textil y aunque me ha sido especialmente difícil compaginar la solicitud de universidades con los dos bachilleratos que estaba cursando, ha sido sumamente gratificante. Creo que no se puede describir la sensación de finalizar un trabajo tan complejo y personal, pero sí puedo afirmar que es una de las cosas que más orgulloso me siento de haber realizado como estudiante.
No obstante, el portfolio no era el único requisito que me pedían. Para cada universidad, se requería además un curriculum vitae, dos proyectos (Home assignments basados en pautas específicas) y una carta de motivación. Reitero que es un proceso complicado (pero para nada imposible). Siendo sinceros, el currículum y las cartas de motivación fueron los requisitos más fáciles. De nuevo, recibí la ayuda y consejos de Kathryn y todo fue sobre ruedas.
Para los home assignments, las universidades te piden dos proyectos (cada una de ellas independientemente) en los que te den una pauta. Mi primera opción, The Royal Academy of Art The Hague, me pedía como primer proyecto una serie de diez dibujos relacionados al tema de encuentros y como segundo proyecto el diseño de un refugio (del cuál se requería una maqueta 3D). Para los proyectos se disponía de total libertad siempre que se respetara la pauta. Tardé tres meses en hacer los home assignments para esta universidad. Parte de dichos proyectos los podéis ver en la siguiente imagen.
Cada uno de los dibujos me llevó mucho tiempo pues no era sólo realizarlos si no pensar en qué dibujar, qué técnica usar… Pues bien, después de mandar todos los requisitos para los cuales había tardado un total de 8 meses, recibí una carta de rechazo. Mentiría si dijera que no fue frustrante y triste pero os digo desde la máxima sinceridad que es una realidad. Las cartas de rechazo existen y no sólo por el hecho de dedicarle mucho tiempo, esfuerzo y ganas al proceso, significa que vayas a ser aceptado. Un rechazo no tiene que desmotivar. Yo he aprendido muchísimo con todo el proceso y no me arrepiento de ni un sólo minuto de mi tiempo invertido en aplicar a esa universidad.
Apliqué también al Willem de Kooning Academy en Rotterdam y Minerva Art Academy en Groningen (las academias de arte pertenecen ambas a universidades de ciencias aplicadas). Estas dos universidades me ofrecieron una plaza. Evidentemente yo estaba y estoy sumamente contento pues al comenzar el proceso era consciente de que cabía la posibilidad de que no me aceptaran en ninguna de las tres universidades en Holanda. Esto sólo demuestra que es posible. Empezó entonces el debate sobre qué universidad escoger.
Son muchísimos factores los que tener en cuenta y estaba un poco perdido. Pensaba que tenía mi orden de preferencia claro pero no era así. La primera universidad en aceptarme, y por la que me decanté, está en Groningen y en el primer año de carrera se da diseño genérico antes de la especialización en la rama que quieras, en mi caso diseño espacial (que es prácticamente igual a diseño de interiores). La segunda universidad está en Rotterdam y son cuatro años específicos desde el principio en diseño espacial.
Para tomar la decisión consideré mis preferencias en cuanto a prestigio de las universidades, contenido de los grados y las ciudades. Por ello me decidí por Groningen. Como no tengo estudios artísticos previos, el primer año de diseño genérico me llamaba mucho la atención para desarrollar mi creatividad y una buena base. Hanze University of Applied Sciences es una universidad muy grande que tiene una academia de arte específica para la carrera de diseño y la de bellas artes. Mi razonamiento fue que a pesar de que igual no tuviera tanto prestigio ni tantas instalaciones como la otra universidad, en esta me iba a sentir en un hogar más cercano y familiar. Esto es importante para mí pues al ser la primera vez que me iba al extranjero a estudiar por mi cuenta, quería que el ambiente fuera lo más familiar posible. Asimismo, la ciudad me convencía más. Si bien es más fácil llegar a Rotterdam desde Madrid, Groningen tiene un ambiente más estudiantil y es una ciudad más pequeña. Al fin y al cabo todo son preferencias, y las mías fueron esas.
Por último ya sólo quedaba el tema de alojamiento. Es difícil encontrar un sitio que cumpla todos tus requisitos pues la demanda de habitaciones y alojamientos es increíblemente alta. Sin embargo, esto no me desmotivó y empecé a buscar alojamiento por mi cuenta. Al final pude encontrar un estudio con cocina y baño propio que me ofrecía un contrato de un año. Ideal para asentarme en Holanda y buscar otras alternativas para los años siguientes.
Después de mucho esfuerzo y dedicación todo salió como quería. Además, Edukonexion ha sido un gran apoyo y lo recomiendo sin duda en este tipo de solicitudes. Es un proceso largo y cansado pero se consigue y, si no, siempre hay otras alternativas. Estoy ansioso por ver qué me deparan mis próximos cuatro años en Holanda.
Gracias por leer mi historia y espero que os haya animado a intentarlo.
Rodrigo