Trabajamos a nivel nacional en España, con lo cual la mayoría de nuestros estudiantes tienen la nacionalidad española. A veces ayudamos a estudiantes en otros países de habla hispana, como México o Argentina, e incluso a extranjeros que viven en España.
En este caso, presentamos a Irina, una joven francesa, que siguió el camino hacía su carrera universitaria con nosotras hace un par de años. Conocí a Irina y su madre en una feria de educación en París, mientras colaboraba con un compañero francés.
Había buen feeling desde el principio y disfrutamos de una relación muy estrecha durante el proceso, siempre hablando en inglés. Desde entonces hemos seguido colaborando con familias en Francia, y todo empezó con Irina, una niña sonriente y capaz.
Hola, mi nombre es Irina, y soy de París. Me gustaría contaros sobre mi experiencia yendo a estudiar al extranjero. Actualmente estoy estudiando un programa llamado «IRO» (Organizaciones y Relaciones Internacionales) en la Universidad de Leiden en La Haya.
Algo que me preguntan mucho es “¿Cómo supiste que estabas lista para ir al extranjero?”. No creo que exista un “momento perfecto” o un camino perfecto para ti. Sólo tienes que creer en ti mismo y dar ese salto.
Decisión de estudiar en una universidad del extranjero
Mi historia probablemente comienza cuando tenía 15 años y acababa de llegar el COVID. Decidí tomar este año para aprender inglés. Me inscribí en el British Council y tenía 3 horas de clase cada semana. Esta experiencia me enseñó inglés, por supuesto, pero lo que siempre recuerdo es la gente que conocí allí.
Éramos 15, tal vez 10 y la mayoría eran mayores que yo y ya estaban pensando en sus estudios. Estaba escuchando atentamente, sabiendo que estas preguntas pronto también estarían en mi mente.
Todos ellos querían estudiar en el extranjero. En Inglaterra, en Canadá, en Australia… Diría que este es el momento en el que pensé “¿por qué no yo?”.
Hablé con mi madre sobre este proyecto de ir al extranjero. Al instante me hizo preguntas para las que no tenía respuesta: “¿Dónde?”, “¿estudiar qué?”, “¿por qué?”. Estaba atrayendo el mar de todas las posibilidades que acababan de abrirse. No tenía idea de qué quería estudiar ni dónde estudiar. A finales de año, tras mis clases en el British Council, hice el examen de Cambridge, que suspendí. Tenía solo un muro, al proyectar mi vida en el exterior estaba volviendo a la realidad. Después de esto, comencé a dudar si estaba siquiera preparada para esto. Desearía poder volver atrás y decirme a mí misma que no había razón para estresarse por esto, especialmente porque pasé el examen el año siguiente.
Estaba en el metro con mi madre y nos encontramos con un anuncio promocionando una feria para estudiantes que quieren ir al extranjero. Fuimos en septiembre de mi último año de secundaria. Todavía no tenía claro qué quería estudiar exactamente. En la escuela me encantaba la geopolítica y la economía.
Fuimos a esta feria y allí conocí a Kathryn, a quien todos conocéis. Hablamos unos 20 minutos tal vez y le expliqué cuáles eran mis intereses, mi motivación, mis habilidades… Y la primera vez que nos vimos me sugirió el programa que estoy haciendo ahora mismo. Cuando nos fuimos, mi madre me dijo que había estado buscando durante 6 meses un programa que pensaba que me podría gustar y Kathryn lo había pensado en 20 minutos. Después nos reunimos periódicamente por Zoom para hablar sobre la inscripción, las cartas de motivación y el alojamiento.
El programa universitario que estoy estudiando se llama IRO (Organización y Relaciones Internacionales), que se imparte en La Haya. Articula varias materias como ciencias políticas, organización internacional, economía y estadística. Yo diría que esto es lo que más me gustó, poder tener diferentes temas.
También había solicitado en la UVA en Amsterdam, pero no pasé el examen. Debo decir que Ámsterdam no era mi primera opción, así que no sentí que estuviera perdiendo nada, pero aumentó la presión para la prueba de IRO.
En una llamada de Zoom, Kathryn sugirió que visitara la universidad en un día de puertas abiertas. Fuimos en noviembre, mi madre y yo. Visitamos la universidad, conocimos a varios estudiantes y visitamos la ciudad. ¡Me encantó absolutamente! Me encantó que la universidad no fuera tan grande, me encanta que fuera bastante moderna, estuviera bien equipada (menos por el microondas individual jaja) y limpia. Todos parecían agradables y apasionados por lo que estaban estudiando. Además, me encanta la ciudad, es muy tranquila y bonita. Probablemente hay 5 edificios grandes y el resto son sólo casitas y cafeterías.
Volvimos en abril con mi hermana y mi padrastro, a ambos les encantó. Fui a “estudiante por un día” lo que una vez más nos permitió hablar con los estudiantes y visitar la universidad. Cuando volví con mi familia les dije lo mucho que me gustaba y que podía verme estudiando y viviendo allí. También visitamos el Student Hotel o The Social Hub. Kathryn nos lo había recomendado. Es un hotel de estudiantes, tienen varias ubicaciones en Europa y hay uno en La Haya. La ubicación es excelente y te permite conocer a mucha gente. Yo recomendaría esta opción, aunque hay que tener en cuenta que es un poco cara (nada por menos de 1000€). Pero también tiene muchas ventajas: tienes bicicleta, acceso a un gimnasio e innumerables actividades organizadas por la residencia (teatro, galletas, tallado de calabazas)…
Para el primer año, recomendaría vivir en un edificio de estudiantes, porque es una excelente manera de conocer más gente fuera de la universidad (además es donde son las fiestas jaja). Muchas universidades ofrecen alojamiento para los primeros años, así que no dudes en consultar esto.
Cuando regresé a París tuve el examen para la universidad de Sciences Po, que era mi primera opción. ¡Esa es la mañana en la que recibí los resultados de la Universidad de Leiden y fui aceptada! Recuerdo haber recibido la noticia en el dormitorio de mi madre (estoy dentro, estoy dentro jaja). Estaba tan emocionada. Aún así fui al examen de Science Po sabiendo que no lo aprobaría. No pasó nada porque estaba muy feliz de haber entrado en Leiden.
Mucha gente de mi clase quería ir a Science Po, así que, si estás interesado en Science Po, diría que mi programa es una buena alternativa. Además, tienes verdaderos compañeros de clase internacionales, algo que no creo que tengas en Science Po.
Justo antes del verano elegí ir a estudiar a La Haya. Seguí cada chat grupal, cada publicación de Instagram… Y finalmente, llegó la semana de la integración. Si pienso en esos días, estoy muy agradecida de haber participado en esta semana. Es una excelente manera de conocer gente y, así, el primer día de clases se vuelve menos aterrador. Durante esta semana estuvimos de fiesta, fuimos a la playa, jugamos e incluso hicimos una barbacoa. Fue muy divertido. Todos estaban de humor para conocer gente y fue muy amigable. Sinceramente, sólo puede aportarte algo positivo.
Hablando ahora del año que acabo de tener, seguramente puedo decir que no me arrepiento. Las clases son interesantes y los profesores son todos muy buenos. En mi programa, no tenemos muchas clases (hasta 10 horas por semana), pero tienes que leer artículos y trabajos por tu cuenta. Creo que esta es una gran forma de organizar tus estudios.
Ahora hablando de vivir sola. Lo encontré relativamente fácil, digamos manejable. Una vez más creo que estar rodeado de estudiantes ayuda. Sin embargo, lo que más me ha costado es cocinar. ¡¿Me encanta cocinar pero 3 veces al día?! Es difícil gestionarlo todo cuando estás en periodo de exámenes. Luché por encontrar tiempo para limpiar mi habitación, cocinar, lavar los platos, lavar mi ropa y aún así encontrar tiempo para estudiar. Aparte de esto, es manejable y muy gratificante. Gané independencia y madurez. Tengo que decir que durante este año volví a casa con bastante frecuencia, lo que me ayudó a adaptarme. Mi familia vino a visitarme y pude mostrarles la ciudad, mi universidad…
Ahora es una locura darme cuenta que ya es mayo, en 2 semanas termina mi primer año en la universidad. Fue genial y he creado muchos recuerdos maravillosos aquí. Tenía miedo de no hacer amigos y ahora tengo la mayor cantidad de amigos que jamás haya tenido. Tenía miedo de que mi nivel de inglés no fuera suficiente, ahora ni siquiera sé por qué pensé esto, cada uno tiene un acento diferente y un vocabulario diferente, y está bien. Estoy muy feliz de no haber renunciado a mi sueño por esas tontas razones.
Estoy tan agradecida por Kathryn que me ayudó de cien maneras diferentes, estoy agradecida de haber dado este salto.
Desde Edukonexion, ayudamos a estudiantes elegir su mejor camino hacia las universidades en el extranjero, tanto si quieres estudiar informática como otra carrera, en Holanda u otro país, y preparar una solicitud que destaque.
Sin olvidar que hemos visitado casi todas las universidades en Holanda, algo que nos ayuda a dar consejos muy válidos según tus preferencias.
¡Te esperamos!
